viernes, 7 de diciembre de 2012

Jean Teulé, Arto Paasilinna y Nick Hornby entre otros

No sé demasiado bien de dónde nació la idea de escribir 'Su muerte, gracias'. Supongo que, como siempre, nacería de una acumulación de circunstancias que fueron creciendo hasta simplemente estallar y salir a la luz.

Recuerdo haber leído en su día 'La tienda de los suicidas', del francés Jean Teulé, y 'Delicioso suicidio en grupo', del finlandés Arto Paasilinna, y recuerdo que ninguna de estas dos novelas me gustó demasiado. Me atraía la idea de utilizar un tema tan escabroso como el suicidio como punto de partida de una novela humorística, pero me dio la sensación de que ninguno de estos dos autores conseguía acertar en el tiro (nunca mejor dicho) por mucho que Arto Paasilinna se haya convertido en un autor de culto y su novela supusiera un pequeño fenómeno editorial en el momento de su publicación.

Luego llego 'En picado', de Nick Hornby, y la cosa cambió un poco. La historia me gustó más, sí, pero se perdía ese enfoque despiadadamente hilarante que estaban buscando tanto Teulé como Paasilinna y que tanto deseaba yo encontrar como lector.


Creo que esa necesidad fue precisamente la Primera y Más Importante Socia Fundadora de la empresa Hasting-Marchena asociados: la corporación dedicada a la venta de Kits de Suicidio en la que trabaja el antihéroe protagonista de la novela.

Lo primero que diferencia a Hasting-Marchena asociados del comercio que daba nombre a 'La tienda de los suicidas' es que no se trata de un negocio familiar, como sucedía en la novela de Jean Teulé, sino de una empresa en toda regla con todas las posibilidades de crítica al actual proceso de deshumanización laboral que esto conlleva.

Como en cualquier empresa que se precie, habrá en ella trepas, enchufados, trabajadores que no buscan más que pasar desapercibidos y consultores.

Sobre todo consultores.

TODA empresa que se precie debería tener al menos un consultor.

Son tan adorables... que a uno le dan ganas de adoptarlos y ponerlos a jugar en el estanque de las pirañas.

A partir de ahí, el típico conflicto de partida en el que el protagonista será incapaz de conseguir ni un solo cliente para la empresa por no-sé-qué-de-unos-problemas-morales, enriquecido por otros problemas de los que ya hablaremos más adelante. 

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2 comentarios:

  1. No sé si como lectora me gustaría leer un libro que frivolizara el suicidio quitándole toda la tragedia que conlleva la muerte sin sentido.

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    Respuestas
    1. ¡¡¡Espero que sí!!! (Es broma)

      Al final todos estos libros mantienen la misma tesis, aunque lo hagan de formas muy diferentes: la vida merece la pena ser vivida.

      El libro de Teulé lo hace adoptando un tono de cuento, el de Paasilinna lo hace de un modo más alocado y el de Hornby lo hace a través de un enfoque algo más serio, pero evidentemente todos utilizan la idea del suicidio como una excusa para hablar de la vida y de como, por difíciles que sean a veces las circunstancias de uno, siempre merece la pena sobreponerse a ellas y tirar hacia adelante.

      En mi caso, mucho más modesto que estos tres, ese tema es sólo una vía de provocar una serie de dilemas morales al protagonista de la historia y de hacer entrar en juego al personaje de la Muerte.

      Gracias por comentar...

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